16 de febrero de 2012

¿BOURGEOIS EN VALDEMINGÓMEZ?

En el centro de visitantes de Valdemingómez exponen lo que podríamos denominar como dos grandes “garras” de grúa, recuerdan mucho a las arañas de Louise Bourgeoise. Al menos en una primera impresión hasta que las comparamos y vemos que poco tienen que ver.


Entonces: ¿por qué esto no es arte si tanto se parece?

No son pocas las diferencias que podemos analizar superfluamente. Si empezamos por las formas: las de las garras son completamente simétricas, repetitivas, duras; las de Bourgeois orgánicas y caprichosas. Como consecuencia de lo anterior, las “esculturas” también son muy diferentes en cuanto a su percepción: las pinzas mecánicas aparecen como elementos pesados e inmóviles a pesar de que su función original sea la contraria; mientras que las esculturas de la artista franco americana transmiten una sensación de movimiento, han tenido que moverse para llegar hasta esa posición. Y en cuanto a la presentación, las garras se han apoyado sobre unos dados de hormigón, seguro que por eso de no dañar el suelo, de tal manera que se convierten en meros elementos aislados del entorno, de hecho, lo más interesante de la presentación es la relación con la puerta modelo Mortadelo y con la escoba de la esquina; en contraste, las arañas de Bourgueois se apoyan directamente en el suelo y se van deformando hasta que todas sus patas se asientan, se plantan como un animal vivo, está ubicadas en un lugar y no en un pedestal.

Podríamos seguir, pero en resumen, la diferencia básica es que las garras mecánicas no trasmiten nada, no nos cuentan más que lo que son, no ha habido, ni se pretendía, un mínimo ejercicio de transformación como se hacía con los ready-made (http://curropoza.blogspot.com/2012/01/mi-primer-ready-made-accidental.html); y en contraste, Bourgeois consigue transformar un bicho inicialmente desagradable en algo atractivo, en la araña que protege a las crías entre sus patas… protege de los tormentos sufridos por la artista. No es casualidad, que en una exposición que se hizo el año pasado en una galería, una de las jóvenes visitantes se sentase completamente feliz bajo la panza de una de las arañas pequeñas, parecía estar realmente a gusto en ese espacio acotado.

Aunque cada uno ve las cosas de distinta manera, hay a quien las garras le recordaron más a las tragaperras que no atrapan peluches.

Don Curro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario